martes, 10 de enero de 2017

Crítica de "The Rocky Horror Picture Show" (2016)

-Probablemente uno de los remakes mas innecesarios de la historia del cine.

A esos individuos que no hayan visto The Rocky Horror Picture Show (¿en qué mundo viven?), voy a ilustrarles. Es un musical de Richard O'Brien que fue llevado magistralmente al cine por Jim Sharman hace ya cuarenta años, aunque podríamos decir que se adaptó el año pasado porque por la cinta de Sharman no pasa el tiempo. La película es un divertidísimo compendio de terror, música, cachondeo y sexo; todo ello en un envoltorio que homenajea las fantásticas películas de serie B que la RKO (Radio-Keith-Orpheum) produjo en la década de los 50. Cuenta la historia de Brad y Janet, una joven pareja que una noche de tormenta se ve obligada a refugiarse en el terrorífico castillo del Dr. Frank-N-Furter, un travesti divertido y cantarín que, junto a sus secuaces, crea atractivos hombres con los que pasar el rato. Fijaos si es tal mi devoción por esta película, que no me he tenido que acudir a ninguna fuente para buscar el nombre de los personajes, me los sé de memoria. Fijaos si es tal mi devoción, que me veo en la obligación de escupirle sobre este deleznable e innecesario remake que vengo a analizar.

Fox ha tenido la brillante idea de adaptar para televisión una nueva versión del musical protagonizado antaño por Tim Curry, Susan Sarandon y Barry Bostwick. Una versión barata y extremadamente telefilmera, cuya dirección corre a cargo de Kenny Ortega (High Shcool Musical). ¡Vamos, no me jodas!

Laverne Cox (Orange is the new black) es un Frank-N-Furter dignísimo, y se nota que trata de salvar al personaje de la condena a muerte a la que lo somete el resto de la producción, barata y de mal gusto. Ella es sin duda lo único bueno de la película. Victoria Justice y Christian Milian son los nuevos Brad y Janet, una pareja con la misma complicidad en pantalla que tenían Bond y el Dr. No. Por último, un anciano Tim Curry es el criminólogo que narra la historia, papel interpretado antaño por Charles Gray. No quiero ser gafe, pero Curry está en la mierda, parece que vaya a diñarla de un momento a otro.

La nueva versión no aporta nada a la historia original, y cuando digo nada es nada. Los diálogos son, palabra por palabra, idénticos a la versión del 75, y cuando vamos a revisar los títulos de crédito nos damos cuenta que no han contado con un guionista para el remake, pues Jim Sharman y Richard O'Brien siguen firmando (contra su voluntad imagino) los diálogos de la historia. La dirección es pésima, en todo momento parece que estamos viendo una obra teatral televisada en directo, el palurdo de Ortega se ha cargado la magia.

Para acentuar más el aspecto telefilmero cutrillo, cada vez que hay un número musical aparecen unos cuantos músicos con instrumentos tocando en directo, incluido Riff Raff, que pasa de ser un divertido y siniestro sirviente a un yonki despeluchado que no come caliente. Además todo el atractivo y sensualidad que desprendía Sarandon en el famoso y guarro número del "Touch me", Victoria Justice no lo tiene por ningún lado, parece una preadolescente intentando -sin éxito- ser sexy con su novio antes de hacerlo por primera vez.

Y ya termino, que no quiero perder más tiempo con esta mierda. En resumen, una tontería innecesaria, sin gracia ni nada de lo bueno que tenía la original. Ver el remake de The Rocky Horror Picture Show es como ir al museo del prado, pasar de ver Las Meninas y comprarse una camiseta con el cuadro estampado, una gilipollez vamos.


Dr. Orloff

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