domingo, 20 de noviembre de 2016

Crítica de "Un traidor como los nuestros"

-Una adaptación insustancial y fea de una novela menor de John le Carré. Es lo suficiente entretenida para verla en la sobremesa del domingo y no olvidarla hasta la cena.

-La razón de quedarse en la sala es el reparto. Stellan Skarsgård y Damian Lewis le insuflan vida a la propuesta.

Una adaptación de John le Carré siempre es un buen motivo para dejarse caer por el cine. Incluso sus obras empiezan a llegar a la televisión como ha hecho recientemente The Night Manager (El infiltrado en nuestro país). Pero yendo a lo fácil, digamos que hay dos tipos de adaptaciones de John le Carré, las imponentes y las menores. Si nos limitamos a adaptaciones cercanas tenemos dos ejemplos perfectos. Tomas Alfredson entregó una de las mejores adaptaciones del escritor en 2011, Tinker Tailor Soldier Spy (El topo en nuestro país). En la otra cara de la moneda tenemos la película de Anton Corbijn, A Most Wanted Man. Un filme inteligente, absorbente, bastante fiel y con un Hoffman -como siempre- arrollador en su atención al detalle y su sutileza; no obstante una adaptación mayormente menor de los textos del novelista británico. Ahora llega a los cines esta Our Kind of Traitor. Adaptación de una novela menor del escritor, con guion de Hossein Amini (Drive), y Susanna White (La niñera mágica y el Big Bang) en la dirección. Para completar la propuesta tenemos a un potente reparto en el que encontramos a: Ewan McGregor, Stellan Skarsgård, Damian Lewis, Naomie Harris y Alicia von Rittberg -entre otros-.

Ésta es una de las adaptaciones más pobres de la obra de John le Carré. Una intriga muy convencional, esquemática y totalmente previsible. Es una película que casi cualquier espectador habrá visto cientos de veces. De este modo la trama no ofrece sorpresas y avanza con nulo interés. El golpe de gracia lo da su recurrente absurdez, que afecta a varios niveles de la cinta. Los personajes no van más allá del estereotipo, en especial el burdo retrato de los personajes femeninos. Aunque el más ridículo es el de Ewan McGregor, ligeramente atenuado por un trabajo del actor que se mueve entre la corrección y la irritante cara de pasmarote del Tom Hanks de Inferno. Las subtramas sobre la lealtad y las motivaciones, son de risa. No obstante sí que hay un personaje interesante, el agente del MI6 notablemente interpretado por Damian Lewis es lo único que me recuerda que estoy viendo una adaptación del famoso escritor, en especial durante ese monólogo con el que el filme se acerca solo por un momento a la enfurecida -y pesimista- diatriba moral y política propia del novelista. Aún así el resto del filme es puro esquema filmado con estilo de telefilme plastificado de sobremesa y horrible tendencia al uso de filtros azulados. Lo que salva la película del desastre es lo entretenida que resulta, con un ritmo sosegado pero efectivo, al menos hasta un tramo final en el que el tiempo se percibe mucho más de lo que sería recomendable.

Está bien claro que esta película se sitúa en el bando de las adaptaciones menores, pero muy en el fondo, casi a punto de crear un nuevo bando de adaptaciones simplemente malas. Es una corriente cinta de suspense que se ve bastante bien a pesar de sus problemas, no obstante lo único que merece ser recordado son las actuaciones de Skarsgård y Lewis, así como el personaje del último. Si les invitan al cine pueden considerarla una opción válida, pero The Man Who Knew Too Much o alguna otra adaptación de John le Carré seguramente les dejará mucho más satisfechos.


Alejandro Arranz

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