lunes, 25 de julio de 2016

Crítica de “Infierno Azul”

-Una serie B que no interesa ni entretiene. La fotografía y Blake Lively son sus activos principales.

-Podría pasar su torpe dirección, el horrible guión e incluso que le sobre media hora; pero la verdad es que en ningún momento entro en el juego de Collet-Serra.

Jaume Collet-Serra es un director bastante competente, pero por un conglomerado de razones sus películas nunca llegan a interesarme. La razón más importante es que trabaja con guiones de calidad cuestionable. Las películas de este director siguen su propia lógica insostenible que sólo funciona si compras lo que él vende. Nunca ha conseguido atraparme. “La huérfana” me parecía una película larga y sobrevalorada por el público. Después, cuando se pasó a trabajar en thrillers de acción con Liam Neeson, elogié su capacidad de marcar el ritmo y de realizar diestras escenas de acción, pero la falta de tramas interesantes y los absurdos constantes, hacían que me refugiara en los trabajos de Neeson. Ahora el director se pasa al terror de serie B con una de tiburones. El guión corre a cargo de Anthony Jaswinski (“Kristy”) y el protagonismo recae en Blake Lively. Ahora veamos lo que me ha parecido esta nueva película de Collet-Serra, una supervivencia que busca entretener al espectador, darle un par de sustos y lograr algún que otro homenaje al clásico “Tiburón” de Spielberg.

Está más que claro que la actriz Blake Lively ha sido elegida por su físico, aunque finalmente cumple su cometido con una interpretación muy competente. Lo primero se nota mucho en los primeros y eternos 20 minutos. Constantes planos y contraplanos del bikini de la actriz (o de su doble de cuerpo), de sus piernas, de su escote, de ella corriendo a cámara lenta, etc. En lugar de crear tensión a la espera del ataque del tiburón, el director me induce al bostezo y elimina cualquier interés de seguir en la película hasta que la sangre brote. Al fin y al cabo no vamos a ver cine de tiburones para aprender más sobre la vida. Aunque junto al género terror, al guionista y al director les da tiempo a introducir una trama que algunos compañeros definen como “drama existencial” y que a mi me parece una predecible y tópica trama de fondo que si bien es más fina que el papel de liar, se resuelve en un epílogo con una muy innecesaria tendencia al subrayado. Volviendo al tema central, cuando el tiburón hace su entrada en escena, por fin puedo intentar subirme en la atracción de Collet-Serra. Pero el grueso de la película resulta ser muy decepcionante en todos los aspectos. El guión es un cúmulo de despropósitos e incoherencias, las cuales serían aceptables en este tipo de serie B en el caso de que el director catalán fuera capaz de que participara de su juego. No es el caso, parece que Collet-Serra ha olvidado muchos mecanismos/lecciones sobre la gestación y el manejo del suspense y la tensión. Y a esto hay que sumarle que el filme es totalmente previsible y que nos da demasiada información desde el principio. En terreno más general el trabajo de dirección me parece flojo, y los constantes planos cenitales no funcionan. Por último hablar de una fotografía eficaz que deja algunas imágenes con encanto y unos efectos que funcionan muy bien al recrear al enorme tiburón pero fallan bastante cuando Lively surca las olas.

Finalmente Jaume Collet-Serra entrega su peor largometraje ex-aequo con “¡Goool 2! Viviendo el sueño”. Un filme de terror que no da miedo ni crea tensión, con un guión tan atestado de clichés e incoherencias como falto de emoción o verdadero drama humano más allá de una subtrama banal. Blake Lively hace un trabajo competente y le da algo de vida a una película que define lo peor del cine veraniego. Pasa rápido y se ve sin esfuerzo, pero es una película muy mala y que no divierte ni tontamente. No prefiero que me ataque un tiburón antes de volver a verla, pero sí que me entre agua por la nariz.


Alejandro Arranz

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