sábado, 30 de enero de 2016

Crítica de “Spotlight”

-Cine comprometido, conciso y relevante. “Spotlight” es la película sobre periodismo que estábamos esperando, un filme que hacer honor a eso de “basado en hechos reales”.

-Escrita con decisión e inteligencia, dirigida con precisión milimétrica e interpretada a la perfección. Uno de los milagros cinematográficos de los últimos años.

Estamos en unas fechas liosas para los periodistas cinematográficos, porque se acerca la temporada de premios y debemos consumir películas en cantidades ingentes y a velocidades peligrosas. Curiosamente la última película que vengo a comentar trata -entre otras cosas- del periodismo, aunque de un tipo más bien distinto. “Spotlight” es la película que no ha dejado de sonar en los últimos meses, la favorita para cientos de premios, críticos, etc. Como puede deducirse sin dificultad, me interesa mucho el buen periodismo, sin embargo en el cine, las películas sobre el tema, por lo general están de antemano condenadas al fracaso. Hay casos -claro está- de grandes cintas relacionadas con el periodismo. Ahí tenemos “Buenas noches y buena suerte” de George Clooney, “Frost/Nixon” de Ron Howard o el ejemplo a seguir aún a día de hoy, “Todos los hombres del presidente” de Alan J. Pakula. De hecho, sin ir más lejos hace pocos meses que tuvimos en cartelera “La Verdad”, aquella lúcida sorpresa protagonizada por Cate Blanchett y Robert Redford. Sin embargo la película de Vanderbilt se veía debilitada por cierto maniqueísmo y algunas importantes fisuras del guión. En esta ocasión es Thomas McCarthy el que se decide a hablarnos del tema, un gran director de dramas independientes que el año pasado sufrió un “break” en su carrera cuando dirigió “Con la magia en los zapatos”, esa horrible cosa protagonizada por Adam Sandler. El guión nominado al Oscar está co-escrito por el propio director y el guionista Josh Singer (“El quinto poder”) y para ponerle la guinda al pastel encontramos al que ya es por derecho propio, el mejor reparto coral del 2015. Lo conforman, entre otros: Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery, Stanley Tucci y Billy Crudup.

No me extenderé en la matería de esta película e iré directo al grano, McCarthy ofrece una película insólita en el género, absorta de toda manipulación, añadido innecesario, pirueta argumental, filigrana visual o dramatización a mayores. Tiene elementos de “Zodiac”, de “The Newsroom”, de “The Wire” y en especial de “Todos los hombres del presidente” pero en su conjunto es simplemente “Spotlight”. Singer y McCarthy tienen unos hechos bien documentados que deben ser contados porque tratan temas relevantes y de actualidad, en los que muchos no piensan porque creen que no les tocan directamente. Ambos tienen eso de su parte, y lo que hacen es contarlo de una manera pulcra, detallada y sin adornos de ningún tipo, para que la información le llegue al público organizada de forma meticulosa, limpia y honesta. McCarthy por tanto decide captar el proceso de investigación al completo, repleto de detalles, y lo elabora con manejo excepcional de sus mecanismos: guión, realización y actores. Una trinidad que funciona conjuntamente de forma calculada, milimétrica. Un guión muy inteligente, agudo, productivo y lleno de capas; una dirección contenida (salvo alguna escena con cierto ruído dramático), precisa, rigurosa y en la que se deja claro que importa más el qué, el cómo y el cuándo, que el quien. Porque los personajes nunca le quitan protagonismo a los temas fundamentales de la película (gracias también, a un perfecto equilibrio de tiempo en pantalla de cada uno), son un elemento que los hace avanzar (tampoco convierte a los periodistas en héroes) y aún así está bien construidos, se mueven por motivaciones coherentes y reales. Por último y a pesar de que la dirección no tire casi de primeros planos sino más bien de generales (inaudito en un filme que podía perfectamente irse hacía el amarillismo), el reparto sigue siendo de elogio absoluto, todos están excelentes, aunque dirigen el "cotarro" Ruffalo y Keaton, ambos de premio; el segundo construye a un estupendo personaje, sólido y con matices.

La propia película es como ese buen periodismo al que defiende: sin sensacionalismos, levantada sobre unos cimientos sólidos que han conllevado un largo trabajo de investigación, necesaria para la sociedad actual, inteligente, arriesgada, convincente y honorable. Al principio creo que no voy a aguantar esta película, en seguida doy cuenta de mi error. El filme me absorbe de principio a fin por méritos propios y sin recurrir a ninguna trampa. Es por su historia, por su mensaje, por su forma de contarlo todo, por esa impecable dirección, ese ritmo intachable, ese impresionante reparto, ese guión tan sencillo en estructura como increíblemente complejo en la radiografía de una sociedad, sus creencias, sus secretos, una fe traicionada y por igual el retrato de una profesión que es mucho más que eso, nacida de unos valores que por desgracia hace tiempo que se perdieron. También por los muchos otros temas que trata de forma económica, depurada y sin quitar importancia a los de mayor importancia: la vulnerabilidad de los desfavorecidos y la gente con problemas, los recortes, el terrorismo que paraliza un país y todas sus instituciones a nivel tanto nacional como local, los enfoques periodísticos, la llegada del mundo informático y con él la información global, incesante y permanentemente accesible vía internet, etc. Por eso y mucho más “Spotlight” es una película increíble, de visión obligada y que se convierte al instante en un referente para el género.


Alejandro Arranz

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