viernes, 6 de junio de 2014

Crítica de “X-Men: Días del futuro pasado”

-La mejor de la saga mutante y también el mejor blockbuster del verano 2014, una mezcla perfecta de ritmo trepidante, personajes fascinantes, emociones candentes y acción alucinante.

-Una película de superhéroes para aquellos a los que no les gustan las películas de superhéroes, coge todo lo bueno de su predecesora y le da una vuelta de tuerca, Singer no había logrado una película tan apasionante desde “Sospechosos habituales”.

Allí por el año 2000 el director Bryan Singer nos sorprendió a muchos con una excelente película de superhéroes, todo un logro teniendo en cuenta que por aquella época aún no se había empezado a explotar a los personajes superheroicos en la gran pantalla, tres años después llegaba una secuela más espectacular y también más centrada en sus personajes igualmente con el señor Singer en la dirección y otros tres años más tarde pero con la renuncia del mismo llegaba a las pantallas “La Decisión Final” de la mano de Brett Ratner (El Dragón Rojo, Hora Punta), que dejaría a un lado a los personajes y cualquier tipo de material interesante para pasar directamente a plagar el filme de efectos especiales y poca fidelidad, sin duda sería el toque de atención para renovar la saga pero no pareció entenderse bien ya que en el año 2009 llegaba la precuela en solitario de Lobezno, la cual se podría calificar de bazofia como poco; la historia de esta longeva saga no termina aquí -ni mucho menos- puesto que hace tres años las suplicas fueron escuchadas y el siempre eficiente director Matthew Vaughn renovaba la misma con una primera generación sencillamente increíble, un peliculón de lo mejorcito que había dado el género, antes de llegar al último peldaño nos encontramos con “Lobezno Inmortal” donde el señor James Mangold me hizo volver a llorar, un paso hacia atrás es lo que conseguía con una cinta tan tonta, insulsa y opaca. Pero ayer, tras catorce años de películas sobre los mutantes, sobre sus problemas, traumas, amistades, amores, destinos y todo lo que tanto nos atrae de este grupo de superhombres y mujeres que no tiene igual, ayer asistí a la película X-Men que todos estábamos esperando, “Días del futuro pasado” gustará a fans y no fans y es que no hay otro como Bryan Singer que pueda entender a los mutantes y traspasar ese entendimiento mejor a la pantalla. ¡Señoras y señores, niños y niñas, acérquense y vean lo que tenemos aquí...el mejor blockbuster del verano! Una película tan potente y completa que hará que saltes de la butaca.

No sé por donde empezar, lo que tenemos delante es la imágen del blockbuster casi perfecto, no le falta practicamente nada y tampoco le sobra ni medio fotograma, tiene cameos para deleitarse, escenas memorables, personajes excepcionales, una buena estructura narrativa (liosa en algunos tramos), un guión muy competente, un reparto espléndido, efectos especiales impresionantes y tantas y tantas cosas en las que perderse hipnotizado, no digo que no haya cosas desaprovechadas y fallos, en especial si nos ponemos a examinar pelo a pelo los giros temporales pero la sencilla verdad es que es difícil no enamorarse de esta nueva aventura de la patrulla X; el comienzo es eficaz y en pocos minutos nos mete de lleno en ese futuro apocalíptico donde los pocos mutantes supervivientes son perseguidos y exterminados por los Centinelas creados por el doctor Bolivar Trask, quizás uno de los primeros y únicos fallos sea el de volver a elegir a Logan-Wolverine como protagonista, para los que somos fieles seguidores del Lobezno de los comics el señor Jackman nos sabe a poco a pesar de su carisma y la manera de explicar porque es él quien debe viajar en el tiempo está comicamente cogida con pinzas, como un par de detalles más que el guión esquiva convenientemente, cuando la mente de Logan viaja al pasado (la línea temporal que más minutos se lleva) comienza verdaderamente ésta odisea superheroica, el problema de ir saltando entre las dos líneas temporales es variado, por un lado en el futuro Stewart y en especial McKellen están muy desaprovechados así como algunos personajes, por otro lado en el pasado hay detalles que a algunos pueden confundirles debido al tránsito de tiempo desde la conclusión de “First Class”, como último problema con respecto a mantener dos líneas temporales al mismo tiempo está esa malsana obsesión de algunos espectadores con que todo debe encajar a la perfección, si uno escudriña cada detalle puede volverse loco cuando se trata de viajes en el tiempo y sinceramente todo en el guión está muy bien hilado además de atar muchos cabos sueltos de entregas anteriores, los fans se frotaran las manos con lo que han conseguido Singer y los guionistas.

La historia escrita por Matthew Vaughn, Jane Goldman y el propio guionista Simon Kinberg proviene de los comics del 81 del mismo nombre, las batallas de los mutantes contra los Centinelas son unas de las más épicas y destructivas que se pueden leer en las viñetas del los X-Men, Kinberg y claro está Singer han vuelto a subir el listón para entregar la entrega más centrada en los personajes y sus emociones que hemos visto hasta ahora, sin sacrificar ni una pizca de acción ni ritmo, de hecho ambas cosas evolucionan en consonancia, todo lo ha hecho con un cariño y una atención al detalle que hasta el parecido entre Stewart-McAvoy y McKellen-Fassbender es sorprendente; Wolverine no da la talla como protagonista pues a pesar de su carisma no tiene la fuerza exigida y sus demonios han desaparecido, la subtrama con Stryker no está lo suficientemente desarrollada, la mayoría de mutantes han perdido atención en favor de la historia, podría nombrar a Pícara, Kitty Pride, Coloso o el propio Iceman -entre otros-, hay bastantes fichajes nuevo tales que Omar Sy como Bishop, Fan Bingbing como Blink y en especial Evan Peters como Mercurio, sé que con esas pintas es fácil desconfiar pero me uno a los miles de compañeros que lo han dicho, sus escenas son de las mejores de la película y espero su vuelta en “X-Men: Apocalypse”, siguiendo con los personajes toca hablar de los que más protagonismo reciben en esos fugaces 130 minutos, Bestia ha ganado protagonismo y su ferocidad ya pasa la de Lobezno con diferencia, Mistica ha cambiado mucho tras irse con Erik y su moralidad se tambalea, el propio Magneto se ha vuelto aún más radical y eso se refleja en la actuación de Fassbender que para mi es tan Magneto como McKellen, McAvoy se lleva las mejores escenas, las más dramáticas y con mayor oportunidad de lucirse, aunque McKellen y Stewart estén desaprovechados sus personajes evolucionan en ambas ramas temporales y eso es un acierto, por último el villano, Peter Dinklage demuestra que puede interpretar variedad de papeles y construye un personaje fascinante, sin demasiadas lineas de diálogo su Bolivar Trask emociona, su manera de ver a los mutantes, su código ético, puede pasar desapercibido debido a todo el contenido dramático que encontramos en la cinta pero la verdad es que es un villano de categoría.

Dirige con maestría tantas tramas , toca tantos géneros y eleva a sus personajes a tal categoría que es difícil superar el listón que deja esta entrega de X-Men, no sólo es la más profunda, también la más impresionante y la que más entretiene con diferencia, los poderes son geniales y asimismo las batallas, la fidelidad con la que el director trata casi todos los aspectos, el humor que desprende la película en algunos momentos y paralelamente esa seriedad con la que se desarrolla la historia que nos hace saber que estamos ante una película adulta y oscura, aún con sus fallos, su lógica que se tambalea en más de una ocasión y que nos gustaría que durara al menos otra hora más sigue siendo una obra con mayúsculas, su ritmo estimulante hace que hasta en los momentos más pausados todo parezca poético y en la media hora final el espectáculo estalla para dar lugar a un climax sobrecogedor en el que Magneto asusta, Xavier recobra la fe y todo acaba donde tiene que acabar, aún con algún cabo suelto el guión lo ata todo con mano maestra y nos deja con unas ganas insoportables de que llegue 2016, aún más si os quedáis a ver la impactante escena post-créditos.

Después de todo las expectativas han sido sobrepasadas y eso que estaban por las nubes, en 130 minutos era muy difícil darles la atención merecida a todos los mutantes que aparecen (que son pocos en comparación con los que podrían aparecer) y a todas las tramas que les rodean, de todos modos y aún desaprovechando la mitad de su colosal reparto lo hace casi todo bien, desde la dirección hasta el diseño de los Centinelas solo sirve para deleitar hasta el último de los fans y los que no lo sean también tienen motivos suficientes para acudir en masa a esta joya, por su cariño hacía todos y cada uno de sus personajes, sus escenas de acción inteligentes y necesarias y porque cada uno de los minutos es sublime, probablemente sea la mejor película de superhéroes del año.


Alejandro Arranz

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