miércoles, 30 de abril de 2014

Crítica de “Carmina y amén”

-Paco León se reafirma como un director y guionista brillante, su nueva película no sólo supera a la primera, es una de las mejores comedias españolas de los últimos años.

-La sensación de frescura ha disminuido -un poco- en esta secuela, pero todas las demás virtudes han ido en aumento, lo que tenemos aquí es una comedia dramática de las buenas, pero quizás algo aparatosa en algunos aspectos, seña de identidad del cine español...el exceso.

Hace tan sólo dos años que Paco León estrenaba su ópera prima, rodada en dos semanas sin ninguna subvención oficial y que se estrenó simultáneamente en cines, DVD y VOD (video on demand), con aceptables recaudaciones, “Carmina o revienta” obtuvo un sorprendente éxito de crítica y público y recibió nominaciones a diferentes premios Goya para Paco León, su madre Carmina y su hermana María. Ahora dos años después vuelve este prometedor guionista-director nada más y nada menos que con la secuela de aquella divertida, imprevisible y fresca comedia, esta vez con un argumento más oscuro, más humor negro, más presupuesto, un reparto más grande y también un estreno más notorio, pues ha sido idea del propio Paco León (tan seguro de la calidad de su cinta) la de realizar un pre-estreno gratuito en las salas de cine de toda España para obtener el tan famoso efecto “boca a boca” (cosa que le fue muy bien a la sobrevalorada “Ocho apellidos Vascos”) y que de este modo el público acuda en masa a su nueva creación; de nuevo en el rol principal Carmina Barrios, seguida por un reparto pequeño pero potente: María León, Paco Casaus, Yolanda Ramos, Estefanía de los Santos y Manolo Solo. Tras acudir ansioso a la cita me encuentro con lo que me esperaba e incluso algo más, olvidaros de la película de Emilio Martínez-Lázaro e ir corriendo a la comedia española que realmente merece reconocimiento, me alegro de poder afirmar el genio del señor Paco León que ya se olía en la primera parte, se hace oficial su conversión en un habilidoso cineasta más para las desnutridas filas del cine español, uno que aúna cine artístico y comercial con maestría, uno que promete hacer honor a lo que debe significar nuestro cine, uno que no toma el camino fácil, ha nacido un gran director.

Como ocurría en “Carmina o revienta” los primeros 15 o 20 minutos se me hacen lentos y me parecen poco inspirados, claro que tras la toma de contacto el filme entra en materia con presteza y adecuación, la trama me huele un poco a Guy Ritchie y otro poco a un par de película españolas donde no puede faltar “Carne de Gallina” del director Javier Maqua, a la que es idéntica en un par de aspectos, no hablamos de copia ni plagio pues la película de León sabe de sobra diferenciarse de cualquier otra gracias a sus múltiples e ingeniosas señas de identidad, sin ir más lejos el grandísimo personaje de Carmina que -como era de esperar- acaba de desarrollarse en esta sórdida y al mismo tiempo empática secuela, que sigue los pasos de su antecesora pero camina uno más allá y se desmarca gracias a una mayor profundidad, un mayor grado de comedia y también un arco dramático más acentuado; puede resultar un problema el hecho de que León haya tomado decisiones más comerciales en esta ocasión (aunque se nota la importancia artística) sin embargo no tiene por qué ser algo negativo, ya hemos hablado de que una película cien por cien de autor no tiene casi posibilidades en nuestro país, uno debe ir directo a lo comercial, o puede que no...puede que lo que ha hecho León fusionando esos dos mundos sea un claro ejemplo a seguir para el cine futuro; antes de pasar a otra cosa quiero hablar sobre aquella manía de estirar el chiste hasta que se acaba rompiendo, aquí también hay algo parecido, las situaciones se exageran en favor de la broma como ocurre en todas las comedias españolas tanto en cine como en televisión, sin embargo la exageración nunca va demasiado lejos, sólo hasta que el chiste cause la impresión necesaria para llevar la risa al espectador, pues si bien es cierto que el guión se pasa de listo en algunas ocasiones la mano cualificada del director no permite que eso vaya más lejos y retorna la narración en su favor para seguir con la historia, una vez más algo muy inteligente.

El guión del propio Paco León fue galardonado en el Festival de Málaga al igual que la actriz Yolanda Ramos, pero lo primero es lo primero, el guión a pesar de sus problemas es excelente, sigue la senda de la primera parte y se mueve por esa finisima linea entre realidad y ficción añadiéndole humor negro y algo de sátira social para acabar de formar un cóctel cómico de primer nivel, otro punto al que prestarle atención ya que el libreto del sevillano logra un notable equilibrio entre comedia y drama, además de varias escenas elogiables en ambos géneros; habiendo asentado las bases y a sus personajes en algo más de una hora en esta ocasión tiene la oportunidad de desarrollarlo todo a gusto gracias a los 100 minutos que dura la película, he apuntado anteriormente que Carmina evoluciona y aunque ratifica su modo de ser, aquí nos encontramos con un personaje y una actuación más matizados, no se puede decir lo mismo del resto de personajes que aún con pequeñas historias a sus espaldas, son meros estereotipos en representación de distintas alegorías de la sociedad, a excepción de uno o dos que pasan a la tercera dimensión (dejan de ser planos) debido a unas extensas líneas del guión que los hace perfectamente reales y les da unos sentimientos que permiten crear empatía con el espectador; el factor sorpresa que hacía a la primera imprevisible y aquella estructura narrativa que hablaba desde el desenlace mientras nos contaba los hechos ya ocurridos han desaparecido, pero otros factores han mejorado, un ejemplo claro son los diálogos y las situaciones, la película es divertida de principio a fin y como pasaba hace dos años nos mete de lleno en hechos de la vida cotidiana que se tornan en momentos de hilarante locura, destacan tres o cuatro gags cómicos tan jocosos que el único adjetivo válido para definirlos es memorables. Y sí, el señor Paco León al igual que tantos grandes directores hace un fugaz caméo en su película.

Como ya he dicho no tenemos un reparto extenso pero si bastante interesante, el centro -como no- es Carmina Barrios, que una vez más realiza un trabajo intenso, cómico pero también dramático, capaz de inspirar tanto respeto con una mirada como lo hacía el Don Vito Corleone de Marlon Brando (para un servidor una de las tres mejores interpretaciones de la historia del cine), no intento compararlas sería una falacia pero alguna expresión de Carmina es tan sobrecogedora como genial y hay una escena que me recuerda un poco a la película de Coppola, digresiones a un lado vuelvo al tema en cuestión, la actuación más divertida no es -para sorpresa de todos- la de Carmina Barrios sino la de Yolanda Ramos que aprovecha todos y cada uno de sus minutos y protagoniza una de las escenas cómicas más divertida de toda la película, en la que reirás hasta llorar; ahora viene el gran problema del reparto que afecta tanto a buenas actuaciones como a las que pasan desapercibido, la temida sobreactuación que aqueja por completo el género, pero lo realmente problemático es lo extendido que está ese problema en esta ocasión, hay unos momentos tan sobreactuados que no sabes si es aposta para hacer reír o si son necesarias un par más de clases de actuación urgentes, en cualquier caso el exceso vuelve a ser un obstáculo muy molesto en el camino del buen cine.

Finalmente Paco León ha vuelto a sorprenderme, por su su cine singular y al mismo tiempo tan cercano al mundo en el que vivimos, por lo inteligente que es todo su trabajo, es con esta película con la que el andaluz se vuelve realmente prometedor en la industria, muchos le llamarán el nuevo Almodovar, incluso algunos le compararán con grandes cineastas de otros países, pero la verdad es que él ha sabido desmarcarse, no ser condescendiente, no rendirse a las salidas fáciles, “Carmina y amén” es una comedia dramática soberbia, negra y especial, una cita obligatoria con el cine español que hará las delicias de crítica y público, yo si que apoyo este cine español y esta vez si que me uno al efecto “boca a boca” y alzo mi voz para decirlos esto: ¡Corred a vuestro cine más cercano y no os perdáis la comedia española del año!


Alejandro Arranz

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