domingo, 9 de febrero de 2014

Crítica de “Nebraska”

-Maravillosa, un drama cómico prácticamente perfecto y perfectamente equilibrado en sus facetas, tonos y géneros; una de las mejores road movies de los últimos tiempos.

-Payne obtiene su película más profunda de su propuesta más sencilla; un Bruce Dern extraordinario.

El director Alexander Payne regresa tras dos años desde “Los Descendientes” con este drama cómico que cuenta la Odisea a través de los ojos del anciano Woody Grant y el viaje que emprenderá con su hijo David para ir a recoger su supuesto premio de un millón de dolares. El reparto está co-protagonizado por Bruce Dern y Will Forte con secundarios de la talla de Stacy Keach, Bob Odenkirk, June Squibb (entre otros). Con el tiempo “Nebraska” se erigía como una de las citas más importantes del año, y cada día aumentaban las ansias de verla, tras haberlo hecho no puedo estar más contento; Payne ha arrasado con mis expectativas y ha creado una película que me ha llegado al corazón como casi ninguna éste año y pocas en la última década, una película que cada uno debe escudriñar para obtener algo propio de ella, un filme excepcional y tan real como la vida misma.

El perfecto equilibrio entre drama y comedia se mantiene durante toda la cinta, que parece pasar en a penas cinco minutos; el guión de Bob Nelson es soberbio, absolutamente real, doloroso y divertido al mismo tiempo, conmovedor pero sin sentimentalismo barato y punzante en cada linea de diálogo, nunca se va a llegar más lejos cuando se trate de trasladar la propia vida con toda su mordacidad, su dolor y profundidad a una sala de cine; algunos diálogos son tan divertidos que pueden tirarte de la butaca; por último los personajes, que son formidables del primero al último y aunque destaquen Woody y su hijo David, la galería de -personajes- secundarios es simplemente magnífica.

El reparto es muy bueno y hasta el último de los -actores- secundarios lo hace realmente bien, June Squibb consigue brillar durante todo su tiempo en pantalla y deja varias intervenciones para el recuerdo, Will Forte realiza una interpretación sorprendente que ha sido una de las infravaloradas del año y por último Bruce Dern de 77 años de edad logra una de esas interpretaciones que definen toda una carrera, una interpretación única que dudosamente podía haber hecho ningún otro actor (Gene Hackman, Robert Forster, Jack Nicholson y Robert Duvall fueron candidatos), por un lado me molesta que seguramente sea olvidada por los Oscar pero por otro me importa un bledo, pues para mi es la mejor del año.

La dirección de Payne es todo un ejemplo, respetando su propio estilo y dirigiendo sus señas de identidad hacia la película más personal -también la mejor- que jamás haya hecho, también realiza una tremenda labor con los actores y consigue un portentoso equilibrio entre la comedia y el drama, pues como en la vida, hay tiempo para risas y lamentos; la decisión de rodar la película en blanco y negro es todo un acierto y la fotografía es impecable; la banda sonora también me gusta mucho y hay un par de temas que me encantan.

Tras el viaje de carretera más encantador, triste y divertido del año sólo se puede pedir que la pongan una vez más, y puede que otra, y otra más; por todo lo que cuenta, lo que significa para mi, y también por lo bien hecha que está, por ver a Bruce Dern en un papel que quedará para siempre como uno de los mejores y por todo lo demás que esta película puede aportar a cada espectador; una de las películas más cercanas a la perfección de los últimos años que ya se postula como un clásico del cine moderno.


Alejandro Arranz

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